Existen de todas las formas y tamaños; desde azudes de 30 cm hasta grandes presas de 50 metros de altura para la producción de energía hidroeléctrica. La humanidad ha estado construyendo barreras para controlar el agua durante mucho tiempo. Los registros más antiguos conocidos datan de hace casi 5000 años. Se pueden encontrar ejemplos de barreras a gran escala tanto en la antigua Mesopotamia como en Egipto. También se pueden encontrar ejemplos impresionantes un poco más cerca de casa. En Italia, cerca de Roma, los ingenieros romanos construyeron una presa de 50 metros de altura, que siguió siendo la presa más alta del mundo durante más de mil años.
En los últimos tiempos ha aumentado la construcción de barreras para controlar ríos y arroyos, debido a la mayor demanda de agua y energía. Actualmente se estima que hay más de 1 millón de barreras en ríos y arroyos europeos. Estas proporcionan servicios esenciales como riego, agua potable, producción de energía y protección contra inundaciones y sequías. El manejo de estas barreras y la construcción de otras nuevas son procesos cuidadosamente planificados llevados a cabo por profesionales en el campo de la gestión del agua.
Aunque las barreras pueden ser muy útiles, también pueden cambiar profundamente ríos y arroyos. Las barreras controlan el flujo de agua del río, cambiando el régimen de flujo de su estado natural a uno artificial. Este régimen de flujo no natural puede conducir a su vez a cambios en el caudal, la velocidad del agua, la saturación de oxígeno y la temperatura del agua. El flujo alterado también cambia la dinámica de sedimentos del río, perturbando la sedimentación tanto aguas arriba como aguas abajo de la barrera. Esto a su vez modifica el hábitat de muchas especies ribereñas; incluidos los peces.
Además, al construir barreras, los ríos y arroyos se fragmentan y ya no discurren sin interrupción desde su origen hasta el mar. La fragmentación de la corriente puede tener efectos profundos en el ecosistema del río. Una barrera divide al río en segmentos separados hacia arriba y hacia abajo, con posibilidades limitadas de intercambio. Como resultado, el movimiento de las especies se ve afectado y se pierde la conectividad total.
Las barreras pueden tener un enorme impacto negativo en las migraciones de peces. Algunas especies de peces migratorios nadan grandes distancias para reproducirse; por ejemplo, el salmón o la anguila. Las barreras representan obstáculos para los peces que intentan migrar hacia y desde sus zonas de desove. Como resultado, menos peces pueden reproducirse. Esto afecta a las poblaciones de peces y provoca una disminución de las mismas. Con el tiempo también puede conducir a una pérdida de diversidad genética y eventualmente a extinciones locales, como ya ha sucedido en algunos ríos europeos.
Dados los impactos de algunas barreras en el medio ambiente y el aumento previsto en la construcción de presas para la producción de energía hidroeléctrica y el suministro de agua, está claro que los peces y otras especies acuáticas se enfrentan a tiempos difíciles. Sin embargo, uno no puede simplemente eliminar todas las barreras. Después de todo, no podemos prescindir de los beneficios que brindan muchas de estas barreras.
Una solución sería, gestionar y planificar las barreras de una forma más inteligente y adaptativa. Al ajustar el funcionamiento de las barreras existentes, renovar y mejorar las barreras viejas y eliminar las que ya no son beneficiosas, el impacto en el medio ambiente puede reducirse considerablemente. Además, al planificar cuidadosamente la construcción de las nuevas de tal manera que minimicen los impactos en el medio ambiente, la situación de los peces y otras especies puede mejorarse sin comprometer el suministro de agua, la protección contra inundaciones y la producción de energía.
Lograr esto a nivel europeo es un gran desafío. Sin embargo, esto es exactamente lo que pretende hacer el proyecto AMBER «Gestión adaptativa de barreras en los ríos europeos». Este es un proyecto de investigación de 4 años, compuesto por 20 organizaciones de toda Europa y financiado por la Comisión Europea.
El primer objetivo de este proyecto es crear un inventario de todas las barreras de los ríos en Europa. Esto en sí mismo es un gran desafío, ya que para muchas regiones solo hay información limitada de las barreras existentes. Para complicar más la situación, las barreras son gestionadas por muchas organizaciones diferentes. Esta falta de información es el primer obstáculo para realizar una buena toma de decisiones. Para superar esto, AMBER ha desarrollado una aplicación móvil para dar a todos la oportunidad de ayudar a ubicar y caracterizar las barreras de los ríos. Esta aplicación permitirá a los usuarios localizar y subir fotos de barreras en toda Europa e ingresar información sobre su tamaño y uso.
El segundo objetivo del proyecto AMBER es el desarrollo de cuatro herramientas de apoyo a la toma de decisiones. Esto ayudará a los gestores y planificadores de presas a ajustar su manejo, mejorar las barreras existentes o planificar cuidadosamente las nuevas.
Debido a la creciente demanda de agua y energía, el número de barreras en los ríos europeos probablemente aumentará, lo que conducirá a una mayor fragmentación. Restaurando la conectividad de los ríos de Europa, pretendemos convertirla en un lugar mejor; los ríos y arroyos se volverán más naturales y proporcionarán un buen hábitat para muchas especies, a la vez que nos proporcionarán todos los beneficios que necesitamos.
Proyecto AMBER | AMBER creará un atlas de barreras en los ríos Europeos
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