Las eclosiones son un indicador de la vida del río y de la alegría del pescador 

Eclosiones de abril en León

   El sábado, 1 de mayo de 2021, asistimos a una buena eclosión de olivas en el coto de Vladepiélago en el río Curueño, en León. El río había venido corto de agua, bastante mermado por las escasas lluvias de febrero y marzo; y también muy mermado por las sacas de agua de la CHD hacia el embalse de Vegamián, en el río Porma. Pero, contra pronóstico, el cauce había subido ostensiblemente tras los chubascos de los últimos días y,  contra pronóstico, se cebaron las truchas a la hora de la baraja.

   Fue un día estupendo, con buenas truchas comiendo ávidamente «rodanis» (Baetis rhodani,  Rafel del Pozo dicit, que dicit John Goddard), primero en las aguas someras y luego en las orillas y venas centrales de las tablas. Y si el día había empezado con un lance de perdigones de hundimiento rápido y vertical, concluyó con el salto en paracaídas de una nube de olivas, que se posaban suavemente sobre el gua.

   Este comienzo de temporada ha sido sensacional. Puesto que muchos de nuestros amigos y compañeros de AEMS-Ríos con vida no han podido venir a pescar a causa del cierre perimetral de la Comunidad, como era costumbre, queremos contaros algunas cosas destacables de lo que ha ocurrido desde el 27 de marzo, que se abrió la veda en León.

   Las eclosiones de los insectos acuáticos son el mejor indicador de la vida de los ríos y de lo que ocurre en cada momento en ellos. Así que estas eclosiones serán el hilo conductor de esta crónica. Y también os vamos a hablar de sus imitaciones, de las moscas para la pesca, siempre según nuestra manera leonesa de entenderlas: porque si las moscas son indicadores de la biodiversidad acuática, de la vida en el río, también lo son, y de qué manera, de la alegría del pescador a mosca.

   Hemos recogido las experiencias de principios de temporada nuestro Presi, Jose el mecánico, de  Álvaro, Ramón, Goyo,  Alfredo y Félix, del comité local de León de AEMS-ríos.

   Álvaro informa que una de las primeras moscas avistada ha sido un «pitillo». Diríase que igual a los pitillos de fin de temporada.  Creo conveniente anotar, que si bien no es fácil distinguir las diferentes especies de estos pequeños plecópteros, basta con un modelo genéricopara buenos resultados, sobre todo y a principio de temporada en los ríos bercianos y gallegos limítrofes y, posteriormente ya a finales de temporada,  en los de la cuenca del Duero. En todo caso, repasemos algo de entomología. Según Rafael del Pozo, las especies de septiembre y octubre pertenecen al orden de los leúctridos, que aquí solemos llamar en nuestro lecto asociativo «leuctras»  (verbigracia Leuctra fusca) y que también eclosionan en febrero y marzo. Sin embargo, los pitillos más comunes en marzo y abril corresponden a las especies Brachyptera putata y Brachyptera risi, que destacan por su tamaño y el moteado de las alas (más o menos 1 cm). La imitación más socorrida -para pescar al borde de las aguas, junto a la vegetación- es una mosca con cuerpo de fibra de buitre o, en su lugar,  sedas sangre de toro, morado o negro, alas indio acerado oscuro y/o langareto (=grizly) y un pequeño collar rojo y/o gris, sobre anzuelos del 16, 18 y 20). (Por cierto, también una excelente mosca para los reos en Asturias y los tímalos en Centroeuropa).

   Un cuerpo de fibra de buitre. con un tag holográfico, y encima dos puntas de  pluma de riñonada de indio acerado de coq de León. Un hackle corto o unas fibras de PLA u oreja de liebre nacional.

   Las olivas y pardones relucen tradicionalmente con brillo propio a principio de temporada en León, en los meses de marzo y abril y los días fríos de mayo. Más que una especie concreta, estos términos populares envuelven diferentes especies de efémeras de tamaño medio, principalmente bétidos, en el primer caso, y de grandes efémeras, en el segundo: ritrogenas, heptagénidos y ecdionúridos, aunque no sólo. La especie más representativa de entre las olivas en esta época es la Baetis rhodani, cuya aspecto y fisionomía dista mucho de ser homogéneo en todos los hábitats. A poco que uno se fije podrá  constatar las diferencias de tono y tamaño según el río, la zona y el estado de las aguas. La especie por antonomasia de los pardones es la Rhitrogena haarupi -para algunos autores Rithrogena germanica.

   Así que el pitillo (1) , el pardón (2) y la rodani  (3) fueron los protagonistas de salida. Álvaro destaca que también el tamaño de las capturas ha sido este año sobresaliente. Desde luego no será que no sabe engañarlas. Pero oigamos su testimonio directo:

«En cuanto a las imitaciones, pues también las esperadas: (1) Pitillos en montaje de riñonada con indio acerado oscuro. (2) y (3) Efemeras en seda con alas en CDC.Los ríos, cualquiera de los naturales. Este año al haber poca nieve el deshielo ha sido muy ligero y las buenas condiciones climatológicas han dado muy buenas eclosiones y un arranque muy bueno para pescar a mosca. Personalmente he tenido un arranque espectacular con casi un centenar de truchas a seca en este primer mes y muy buenos tamaños, con la trucha de mayor tamaño de 61cm….y hasta ahí puedo contar 😉«.

   Según el filósofo Heráclito, nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. No hay un año igual a otro, ni un día que se asemeje a su precedente. 

   Goyo, en su cuaderno de campo anota y remite al estado cambiante de nuestros ríos. Leemos:

«Primeros días en el [río] Omaña. Caudal algo bajo para la época y agua fría. Muy poca eclosión. Buenas truchas a ninfa, sobre todo a medio día. [Ninfas utilizadas]: culiroja, liebre, gasolina.

[Río] Eria. Algo bajo. Agua fría. Eclosión y mejor a mosca que a ninfa. Cebadas y también suben al agua. [Moscas] Oreja liebre y olivas.

[Río] Órbigo. Bien a ninfa y a medio día eclosión y cebadas. Salen bastantes [ejemplares] de la Rhitrogena iberica [muy adelantada a su época normal de eclosión: comentario del transcriptor].

[Río] Porma, bastante bajo. Bien a ninfa, aunque empiezan a picar tarde, a partir de las 12 – 12:30. A las 14:00 hora se ceban un rato. Bastantes «ritrógenas ibéricas» también (te suben al gua).

[Río] Esla. A ninfa todo el día. A medio día y por la tarde cebadas y a mosca. Ya hay algunas cebas al sereno.

Ninfas más usadas: culiroja, liebre, liebre con culo rojo, gasolina, oliva brinca perla.

Moscas: oreja de liebre, oreja de liebre oliva.

Muy bien comienzo de temporada.

Muchas truchas y de buen tamaño.»

   Ramón nos relata el devenir de estas semanas de abril con palabras muy elocuentes: «Yo no soy muy experto en las moscas, pero los días que he ido a pescar me ha parecido ver: la Baetis rhodani, que yo las imitaciones que hago son con el cuerpo de color oliva, más o menos verdes.

   También he visto la que llamamos Rhithrogena iberica, que tiene un par de alas grises y otro par amarillas, que es la que más se parece a la 4,7 que hago yo,

   Y también he visto el barón rojo, que es del género  Ecdyonurus.

   Esto es lo que más me ha llamado la atención.

   También he visto al sacar truchas en la sacadera alguna ninfa de pérlido, la que llaman rancajo.

   Con la mosca que más he pescado yo es con una oliva en el 16.

   Las ninfas que más he puesto son la gasolina, y la culirroja.»

   Alfredo, que comenzó muy flojo el 22 de marzo en el Chorrón -en el Tormes-, informa de buenas  actuaciones la semana siguiente en Galisancho, pero sobre todo en el río Luna, ya en León, donde pescó a seca grandes y fornidos  ejemplares con el pardón y una emergente bosniaca (tipo Klinkhammer). Y lo mismo en el río Porma, aquí principalmente con pardones tanto emergentes como secos y una efémera del tipo  4,7 de Ramón, montada en un tándem con un perdigón repsol curvo.

   Para los que pescáis a pluma, a la leonesa, indicaros que el «sangre de toro» y el «paja» se han llevado la palma. Para los que practicáis el Tenkara o la Pesca a la Valsesiana comentar que con el varal valsesiano hemos amarrado buenos ejemplares atado a la crin  un pardón de oreja de liebre y una combinación de plumas india y langareta de «coq de León», dispuestas al estilo tradicional leonés  del Manuscrito de Astorga. Si pescáis el delicado arte de  la «wet fly»  con cola de rata, convendría utilizar las tres moscas referidas: una mosca señalizada como el pardón, seguida del paja y, en punta, el sangre de toro. Si pescaramos con una sola mosca mejor montarlas en un tamaño grande.

   Finalmente, hay que reseñar que el presi de nuestro comité local, Jose el mecánico, ha estado sensacional. Insiste, como Goyo, en las orejas de liebre. Ha utilizado efémeras de alas azules de CDC para sostener la ninfa en el tándem y a su vez no perderla de vista.

  Más allá, ha hecho uso de una vieja estrategia de pesca, conocida popularmente por «el que no llora no mama» y que consiste principalmente en lamentarse de haber ido ese día al río, «¡me cago en la puta!», cuando podía haber elegido otra fecha; lamentarse de todo lo que ha dejado de hacer, con la familia de morros : lamentarse de los kilómetros de llanura inacabables, de  la gasolina gastada, el dinero desembolsado, del vadeador  agujereado, del frío imperante,  de las condiciones del agua y  de la mala idea de los reguladores de las sueltas de agua en las presas.

  Entonces, la trucha subió.

   Tal vez sea este es el secreto de la pesca en León.

En León, a 5 de mayo de 2021