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La «hacendera», o trabajo de utilidad común con voluntarios, fue convocada por las juntas vecinales de las localidades leonesas de Morgovejo, La Sota y Valderrueda para limpiar los residuos plásticos que los pasados temporales e inundaciones habían dejado a lo largo de varios Km del río Cea, al romperse los recubrimientos de las balas de paja para el ganado depositadas, como es habitual, en los prados aledaños.
Las ramas del bosque en galería rasgaron los envoltorios e hicieron jirones los plásticos de las balas, que quedaron colgados de las ramas a lo largo de varios kilómetros. El arrastre afectó sobre todo a los términos municipales de Morgovejo, la Sota y Valderrueda. El aspecto de los jirones de plástico blanco colgados de las ramas y anclados en las piedras del río parecía el de un vertedero incontrolado volcado sobre la vegetación de ribera.
Los trabajos comenzaron a primera hora de la mañana, una vez repartidos los más de 80 participantes en cuadrillas y tramos. La convocatoria de las juntas vecinales había sido todo un éxito. Los socios de AEMS -Ríos con Vida en León participantes no recordaban una iniciativa popular de ribereños para el cuidado del río tan numerosa y participativa. Desde luego, ha sido una experiencia única trabajar codo con codo por el río con las decenas de voluntarios habitantes del «León vaciado».
El empeño de los ribereños reunió a hombres y mujeres, con representantes de todas las edades, que portaban sacos para la basura y todo tipo de material de poda. Fue magnífico ver cómo se desenvolvían entre humeras y espinos. Los compañeros de AEMS-Ríos con Vida, al llevar vadeadores, se centraron sobre todo en recoger los residuos de las zonas más inaccesibles dentro del río.
Ya pasada una hora era ostensible el cambio de aspecto del bosque en galería abrazando el río, recobrando todo su esplendor. Eso se notaba en el estado de ánimo de los participantes y se notó en la perseverancia y calidad del trabajo que se prolongó hasta los dos y media de la tarde.
La limpieza generó mucha alegría. Así que el cansancio no fue obstáculo para que todos juntos gozáramos con el vino español que tuvo lugar en el bar de Morgovejo al acabar la tarea. Allí disfrutamos de la acogida y el trato amable de las gentes del alto Cea, que merecen toda nuestra admiración y apoyo. Enhorabuena a las juntas vecinales y vecinos de estos pueblos por la iniciativa.
Este nos parece que es el futuro del río…