En su primera década de vida, y bajo la denominación de Asociación Española de Mosca y Salmónidos, protagonizó la difusión de la pesca a mosca en España y la necesidad de desarrollar una gestión sostenible de la pesca a través del «captura y suelta», consiguiendo en 1981 la creación del primer coto sin muerte de España en Peralejos de las Truchas, Guadalajara. En la década de 1990 se incrementaron los esfuerzos dedicados a frenar el deterioro implacable de los ecosistemas fluviales y a aumentar la concienciación social sobre el valor intrínseco de los ríos vivos como fuente de riqueza económica, solaz y salud ecológica. Evolucionó su denominación a Asociación para el Estudio y Mejora de los Salmónidos pero sin perder en ningún momento su decidida personalidad y vocación, organizando campañas de oposición contra embalses y minicentrales hidroeléctricas, interponiendo multitud de denuncias y alegaciones contra proyectos agresivos con el medio ambiente, creando programas como Adopta un Río y, en definitiva, a convirtiéndose en el Defensor del Río a escala nacional