por Felipe Pérez Melero
Preparad los caminos del señor… pescador, allanad sus senderos
Hemos recibido con los brazos abiertos la noticia redactada por Europa Press. Asturias. 18 de febrero de 2022:
«La Confederación Hidrográfica del Cantábrico y el Principado de Asturias firman un protocolo de actuación para la conservación y restauración de los sistemas acuáticos continentales de la región.
El consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, y el presidente de la CHC, Manuel Gutiérrez, han explicado el protocolo mediante el cual ambas instituciones colaborarán en la conservación y restauración de los espacios fluviales, áreas de “gran interés” por su valor ecológico y por la biodiversidad que albergan.
La colaboración interinstitucional se centrará en el control y seguimiento de plantas invasoras; la conservación de masa vegetal autóctona; la recuperación de la continuidad del bosque de ribera en las orillas erosionadas mediante técnicas de bioingeniería; la recuperación de las condiciones morfológicas de los cauces; el mantenimiento y adecuación del entorno fluvial; y la regulación de accesos al ámbito fluvial.
Para el consejero Calvo el acuerdo es “absolutamente necesario” para que los ecosistemas fluviales “sigan funcionando” y cumplan su “función vital” de manera que se avance en el equilibrio “que tiene que desarrollarse de manera natural”.»
(Artículo completo: La CHC y el Principado firman un protocolo de actuación para la conservación y restauración de sistemas acuáticos (europapress.es) )
Recogemos asimismo la siguiente noticia publicada en El Comercio. Gijón. 19 de febrero de 2022:
«Confederación y Principado invertirán siete millones durante el bienio 2022-2023 en recuperar las riberas de los ríos.
Según el proyecto de la CHC el fin general de la actuación es “mejorar la estructura y funcionamiento del río como ecosistema”.
(Artículo completo: https://www.elcomercio.es/asturias/confederacion-principado-invertiran-20220219000646-ntvo.html )»
Leídas las palabras del presidente de la CHC y del consejero de Desarrollo Rural podríamos alegrarnos de que por fin tengamos unos gestores comprometidos con la conservación de los ecosistemas fluviales. Pero desgraciadamente la realidad es muy distinta -como se muestra en las fotos que hemos tomado en el río Cares– y las cosas siguen como siempre. O peor. Para ello se han cortado arbustos y ramas que caen sobre el agua y que producen sombra y refugio a los peces, ramas que regulan la temperatura del agua, algo tan necesario en estos tiempos de calores extremos. En estas ramas ponen sus huevos multitud de insectos y las hojas que caen al río les sirven de alimento a otros insectos: fitófagos, raspadores, desmenuzadores… la molécula de carbono de la que están compuestos estos vegetales es la base de la cadena trófica del ecosistema fluvial.
A la vez, al dar sombra al agua y evitar su calentamiento estos arbustos hacen que la concentración de oxígeno sea mayor, a menor temperatura del agua, mayor concentración de oxígeno y, por el contrario, al aumentar la temperatura disminuye la concentración. Se sabe que los salmónidos tienen problemas con temperaturas superiores a los 22,7 º C. Por otra parte, y además, esta vegetación que se tiende sobre el río proporciona refugio ante los depredadores.
En realidad, lo que están haciendo es simplemente preparar los caminos al pescador, allanar sus senderos. Ya no se conforman con dañar los ríos con sus repoblaciones inútiles, sino que, además, los perjudican con estas actuaciones sin sentido, sin criterio científico y sin control alguno.