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SALTONAS LUMINOSAS

 

Tricópteros para levantar truchas cuando no se mueve ni una mosca

 

                                                     por José Alfredo Fernández Ramos

   Hojeando el número de junio y julio de la revista americana de pesca  Fly fisherman,  me ha llamado la atención la imitación de un tricóptero diseñado y montado por Mike Mercer. Lo ha bautizado con el nombre de “Mercers Missing Link”, como si dijéramos, «el eslabón perdido de  Mercer». Esta saltona es capaz de levantar truchas en la más chicha de las calmas, según nos dice, y lo hace como ninguna otra mosca.

 

   El objetivo del pescador a mosca deportivo es arrobarse ante el misterio de la Naturaleza y desvelar sus enigmas. Aquí el reto no es extraer la máxima cantidad de peces por metro cuadrado y por horas de pesca practicadas; aquí el reto es la fascinación de dar con un eslabón desconocido en la cadena de circunstancias y condiciones del río que te permita conectar con la trucha. Este es el sentido de la pesca  a mosca: una estrategia de conocimiento y comunión con el mundo natural.  

   Mercer quiere saber cómo se levantan truchas cuando no hay actividad en el río. Necesita una mosca. Tiene una idea. Como si pensara: “Veamos cómo ve una trucha una imagen de un insecto natural eclosionado en la superficie del agua”.

   Elige un tricóptero. Ya lo tiene. Tiene una foto, pero ya no sabemos qué fue antes, la idea de la mosca o la toma de la foto. Ahí la tienes: «Lo que la trucha ve desde abajo», reza el título de la portada.

 

 

   A Mercer le llaman la atención los aspectos luminosos del insecto sobre y debajo de la película del agua, como se aprecia en la foto. Sopesa las impresiones visuales que recibe la trucha y cuáles pueden provocar su picada. Idea y monta una imitación conforme a los parámetros visuales seleccionados. Son el eslabón perdido. Prueba el modelo y consigue levantar truchas que ninguna otra mosca pudo mover.

Sobre las obras de artesanía –como lo es una mosca para la pesca-, decía el poeta y premio Nobel Octavio Paz que “pueden ser reemplazadas por otro objeto parecido, pero nunca idéntico”. Ninguna mosca es igual a otra, aunque todas compartan algo.

 

   Así que, a sabiendas de que no hay dos moscas iguales ni de que tienen porqué ser iguales, diseñé tres versiones inspirado en el concepto de Mike Mercer.

   Recuerdo al lector que, como se puede ver en la foto, el cuerpo de la “Mercers Missing Link” está montado en un anzuelo curvo recubierto de un hilo marrón claro y brincado con un tinsel, sobre los que se aplica barniz UV. Se entiende que esta parte quedará sumergida en el agua.

   El tórax está formado por una pequeña bola de dubbing holográfico marrón (UV brown Ice Dub), y el tejadillo es de pelo de ciervo.  Sobre el poste se monta el hackle  de color gris oscuro en «parachute». Las fibras tornasoladas de este poste (Z-Lon) se dividen en dos para formar un ala delta.

   Como se ve, Mercer pretende que los componentes aporten la máxima cantidad de irisaciones al conjunto. Aunque en alguna circunstancia de pesca la trucha puede asustarse al percibir los brillos de una mosca,  parece claro que a su cerebro le encantan los destellos luminosos, y aprovechando que tengo una caja con puntas y restos de pluma de gallo de León, decidí añadir algo así como más “candela” a la mosca, más intensidad luminosa: en lugar de pelo de ciervo para el tejadillo, puse dos puntas de pluma india bajo dos puntas de pardo aconchado; esto último para enfatizar el contraste entre las motas y los fondos monocromos, y así reforzar la percepción óptica del insecto. No en vano, todo parece indicar que las truchas padecen ilusiones visuales muy similares a las del pescador.

   Estaba claro que iba a matar dos pájaros de un tiro: por un lado podía aprovechar los sobrantes de plumas y,  por el otro, sacar ventaja de las propiedades ópticas de las plumas de León, cosa que por lo demás es cuento viejo.

La primera versión del «eslabón perdido de Mercer» la hice con un abdomen beige y un tinsel nacarado. La segunda, con un abdomen negro brincado de verde. Y la tercera con un abdomen amarillo-verdoso, textura como de crema pastelera, con una costura -una costera diríamos en terminología leonesa-  oliva muy oscura. En todas sustituí el tejadillo de pelo de ciervo por puntas de pluma de gallo de León, indio y pardo. Hice otras modificaciones de menor importancia.

Modelo 1: «Mercers Missing Link»  gallo de León

 

 

Anzuelo

Curvo #14 (#16 o #12, según el agua y la época)

 

Seda de montaje

 

Color avellana o marrón obscuro

Abdomen

Seda beige o castaño claro. Anillado con brinca iridiscente. Barniz transparente endurecido con la linterna UV.

 

Alas

Una pluma entera india -como la ponen los antiguos- o dos puntas sueltas de indio medio de la caja de retales. Encima una pluma parda de gallo de León, o dos puntas de pardo.

 

Tórax

Dubbing con filamentos iridiscentes de tonos  marrones. Se venden en las armerías y por Internet con nombres como «Ice dub Golden brown”. Se puede mezclar oreja de liebre con laminillas iridiscentes, o se puede utilizar dubbing de foca -que refleja mucho la luz-, o de pata de liebre ártica -que sujeta mucho la mosca y les da vidilla a las patas.

 

Poste

Blanco, amarillento, “Ice Dub UV Perl” o «antron«. Se puede utilizar torzal de seda blanca despeinado, o mechones de seda de un capullo blanco, que son como un Ice Dub o un ántron ecológico biodegradable. El material del poste, que luego devendrá en ala delta, debe reflejar la luz.

 

Protórax

Dubbing óxido de hierro, dubbing de liebre, pata ártica o ardilla

 

Hackle“parachute”

Hackle rubión del cuello de un gallo de León, o de cualquier otra raza de gallo. Se puede utilizar un hackle de gallina -solo un par de vueltas- para que la pluma sea más blanda y simule el movimiento de las platas.

 

Cabeza

Hilo de montaje color avellana, u óxido de hierro oscuro

 

Esta saltona me ha dado «pescatas» inolvidables tras la siesta en la solana de los días de verano en las corrientes y blandos de los ríos de montaña leoneses. No se movía ni una mosca.

Modelo 2. Pedrisco luminoso. Pardo sarrioso rojo

 

 

 

Anzuelo

Curvo #14 (#16 o #12, según el agua)

Seda de montaje

Negra

Abdomen

Seda negra, brincada de tinsel verde iridiscente o fosforito. Barniz transparente endurecido con la linterna UV. Se puede utilizar también pavo real sin cubrir de esmalte.

Alas

Pluma pardo sarrioso con fondo rojo muy oscuro; puntas de pardo sarrioso. Una pluma de indio debajo. O una pluma de indio acerado oscuro y una pluma de rubión.

Tórax

Pavo real

 

Poste

Blanco, “Ice Dub UV Perl”. También pongo poste de color rojo fosforito, tipo «Glo-Brite», para ver mejor la mosca en la corriente.

Hackle“parachute”

Hackle rubión oscuro de pluma del cuello de un gallo de León. En vez de hackle se le pueden poner unos pelillos de pata ártica de color rubión oscuro y unas fibras de rojo fosforito como señalizador. También se pude poner un hackle oscuro de gallina.

Cabeza

Hilo de montaje negro

 

El gran montador y pescador José Luis García hace un montaje similar de esta saltona, aunque en la más pura tradición leonesa, para pescar durante las abundantes sueltas de agua de los ríos Porma y Esla durante el verano.

Modelo 3.  Saltona luminosa: saltona con costera

 

 

 

Anzuelo

Curvo, #14.

Seda de montaje

Color teja o marrón obscuro.

Abdomen

Seda amarillo-verdosa -vale el plástico o gomas del mismo color-, con una costera superior verde oliva oscura -en el plástico se puede pintar-. Barniz transparente endurecida con la linterna UV.

Alas

Pluma parda de gallo de León. Debajo, plumas indias.

Tórax

Dubbing marrón-vino oscuro de pelo de foca, y dubbing con filamentos iridiscentes de color teja u óxido “Ice dub rusty brown” -un poco de cada uno-; y/o fibras de pata ártica del mismo tono. No mucha cantidad.

Poste

Blanco, “Ice Dub UV Perl”, o mechón de capullo de seda, o torzal de seda blanca deshilachado.

Protórax

Dubbing color óxido de hierro de liebre o ardilla. Poco.

Hackle parachute

Hackle rubión de pluma  del cuello de un gallo de León. O de gallina: entonces no más de dos vueltas.

Cabeza

Hilo de montaje tostado o color teja, u óxido de hierro oscuro.

Pedrisco luminoso hecho al vivo

 

 

 

 

 

 

   Como se echa de ver el patrón admite infinidad de combinaciones y variaciones. Se puede hacer incorporando viejos estilos de montaje y materiales de siempre y de ahora. Cada montador podrá elegir el suyo conforme a las aguas que pesca y a las posturas del tricóptero. Es una mosca muy recomendada para principiantes, cuando el dominio del lance es básico, pues la saltona puede perfectamente golpear o rasgar el agua en algunos momentos. Y es muy buena para veteranos poque se ve estupendamente sobre el agua. Da muy buen resultado pescando al agua en corrientes y bajo la vegetación en las orillas, aunque también en los blandos, en la calma chicha anterior al sereno. Y es perfecta para los serenos. Sirve como contrapunto cuando la trucha se ceba en las tablas a efémeras muy pequeñas. Es una mosca muy truchera, pero los reos -si andan por el río- la devorarán en los reciales, y los tímalos –allí donde los haya- al anochecer en las anchas y someras tablas. No es nada raro que las marmoratas del Soca en Eslovenia tomen las saltonas luminosas más negras en los rápidos a pleno sol del día -no en las tablas-, cuando no se mueve una mosca y el sol hiere reflejado en la caliza blanca. Puede incluso que reces para que no te suban las arcoiris.

   A estas versiones les puse el nombre genérico de saltonas luminosas porque muestran la luz que refleja el insecto batiendo las alas, cuando se zafa del agua durante la eclosión, pica el agua al poner los huevos o golpea la superficie para saciar la sed.

   No quiero cerrar esta exposición sin recordar las virtudes de las plumas del gallo de León para montar todo tipo de tricópteros y plecópteros, y no sólo efémeras. El «Coq de León», que es el nombre con el que se conoce internacionalmente a las plumas de gallo de León, últimamente sólo se utiliza por parte de los pescadores españoles para montar moscas ahogadas. En el mundo de la competición su uso se ha reducido prácticamente a poner colas a algunos perdigones. Lo mismo ocurre en el escenario internacional, donde en general nadie sabe qué hacer con estas preciosas plumas.

 

   No está de más recordar que las plumas de los gallos de Léon tienen unas propiedades que las hacen únicas:

– No son ni «soft» ni «hard»; ni blandas ni duras; ni son completamente traslúcidas ni del todo opacas. Poseen la flexibilidad necesaria para representar las nervaturas de las alas de los insectos.

– Tienen un brillo inigualable: reflejan la luz del sol como ninguna otra pluma.

– Poseen una gama de colores y tonos sin parangón; las hay mates -de tonos crudos- y brillantes.

– Lo mismo se puede decir de sus libreas: pueden ser punteadas, moteadas, rayadas o monocromas.

– Fruto de las combinaciones genéticas, la creación de nuevos colores y texturas es incesante e impredecible.

–  Se pueden mezclar o superponer, para conseguir efectos ópticos.

–  Se hunden, pero también flotan.

–  Se secan fácilmente cuando llueve.

–  Se puede aprovechar todo en las plumas, desde las fibras hasta las puntas, sin    olvidar los raquis.

–  Con ellas se pueden montar ninfas, moscas ahogadas, emergentes y secas.

–  Son excelentes para montar moscas ahogadas, tricópteros y plecópteros.

–  Se pueden obtener muchas remesas de plumas de una misma textura de un solo gallo, pues las aves no son sacrificadas en la pela.

 

   Las saltonas con plumas de gallos de León guardan una relación muy especial con la naturaleza y el entorno social de cría y pesca. Las plumas proceden de un animal único que ha sido criado y seleccionado exclusivamente para proporcionar plumas de pesca. Las moscas leonesas llevan, pues, impreso en su ADN el genotipo del ecosistema fluvial donde se ha pescado desde hace siglos y donde se continúa pescando. Son testigos elocuentes de la historia natural de los ríos y, también, de su estado de salud.  El pedrisco luminosoune la idea civilizada de una mosca -local y a la vez global-  con la naturaleza salvaje de la trucha.

 

   Las plumas pardas e indias de los gallos de León son un buen material o herramienta para practicar lo que podríamos llamar «slow fishing». En el contexto del vaciamiento de los pueblos y la pérdida gradual de perspectivas de vida en el mundo rural, se ha desarrollado el concepto de «slow» -lento en inglés-, para poner en valor los aspectos positivos de la vida tradicional en el campo, que se guiaban por la sostenibilidad de la producción y el respeto a los espacios y ritmos naturales.

 

   Conforme a esta motivación, frente al ritmo estresante de la vida en la urbe, cuajado de realidades virtuales, tan ajeno a la realidad física de las cosas, las personas y la Naturaleza, devorador de recursos energéticos y materiales insustituibles, el «slow fishing» apuesta por la pesca tranquila, consciente, atenta, amable y fluida.  Sigue los ritmos del río y los ciclos naturales, y se compromete éticamente con el sostenimiento de la vida acuática. Es, pues, sostenible, cercana a la Tierra, a la Naturaleza, a los campesinos que crían los animales.  Usa materiales biodegradables, con poco o nada de plástico. Muestra gran interés en que los gallos y demás animales sean bien tratados. Fomenta de forma proactiva la supervivencia de esta especie leonesa de gallos indios y pardos, y aquellas otras especies en retroceso o seriamente amenazadas. La pesca consciente aboga por no hacer sacrificios innecesarios para obtener plumas. Conecta con nuestros antepasados y con la historia natural de la especie humana. Para el slow fishing, para la pesca a mosca recreativa ,la estética y la ética van de la mano, el compromiso de defender el medio no es separable del placer que reporta.

 

   Todo esto no debería de ir en contra de los maravillosos materiales y artefactos fabricados industrialmente, ni contra las plumas o pelos de los animales muertos, pero debe ser un aviso consciente ante los abusos y la falta de sostenibilidad de gran parte de la producción industrial en general, y la piscatoria en particular.

 

    Los mosqueros sabemos que la mosca es un resumen del universo acuático. Y sabemos que nuestras motivaciones estéticas son inseparables de nuestro compromiso ético en favor la vida del río y de los peces. Las plumas de los gallos de León, el «Coq de León», son un tesoro para los pescadores y un recordatorio de la pesca «consciente» en el río.